lunes, 20 de diciembre de 2010

De amor y odio


Me extraña enterarme de lo fácil que es engañarte, me extraña pues te he regalado infinitos gestos que respaldan todo lo contrario a lo que tu crees ahora. Probablemente se me pasó un poco la mano y mis uñas terminaron por rasgar el límite del juego, llegando incluso a rozar esa zona prohibida, en la cual los chistes y risas mutan a ceños fruncidos y malos entendidos. Debo comunicarte que estoy lejos de odiarle. Otra cosa que me sorprende de su persona, usted que de humilde se las da, cree que yo voy a dedicarle un sentimiento tan complejo como el odio? Pues le digo, no se odia a cualquier mortal andante. El amor como ya sabemos es el sentimiento positivo más poderoso que puede existir, el odio es el antónimo del amor, date cuenta que deberías ser una persona muy importante para que yo te dedicara en sentimiento negativo más poderoso.

Bueno y en el caso de odiarte, no sería tan malo, fíjate en esto : "del amor al odio, un paso (viceversa igual)" Quien no ha escuchado eso? Osea si te odiara estarías a solo un paso de amarte, una vía mucho más rápida a que si me fueses indiferente.

No quiero ser grosera, pero intento sacarte todas esas ideas que yo en un par de minutos te metí en esa cabeza inocente tuya. Te digo, son solo palabras, palabras que pueden estar hoy en mi boca y mañana en las de cualquier otro, son solo palabras, son cosas que suenan sin eco, sin dejar huella, sin importancia. No dejarás que ellas sustituyan todo lo que hemos construido con acciones.

Y si sigues insistiendo te confieso, soy incapaz de sentir aquello por ti, sería un martirio. Pero pensándolo detenidamente, si tengo un motivo. Un suspiro largo. La única razón que tendría para odiarte es que tu corazón no sabe latir sobre mi mano.


domingo, 21 de noviembre de 2010

Es un secreto... lo siento


Aunque paresca que me estoy tratando de hacer la interesante y misteriosa, déjame aclararte... No es así. Te agradesco por haber respondido todas las entrometidas preguntas que te he hecho, pero eso no significa que vaya a querer contestar las tuyas. No es nada grave, no te preocupes, no te imagines nada grandioso, porque te aseguro que no lo es. Entonces ¿Por qué tanto enigma? Pasa que no me gusta revelar mis nuevos proyectos (los importantes), la gente suele hacerse desde ya una imagen de uno, sin embargo, solo son eso, proyectos. Me incomodan las expectativas, las preguntas que vienen después ¿y cómo vas con eso? ¿te resultó al final o no? ¿y vas hacer tal cosa al final? Me encantaría contarte, sé que crees que te oculto muchas cosas, pero creeme, es lo siempre.

Mañana mismo podría contarte que me voy del país y para mi sería lo más normal del mundo. Tú te descolocarás, pondrás cara de incrédula y te cuestionarás por qué no te conté antes, te digo, no es nada personal.

Tú podrás decirme que soy una egoísta y yo te diré que tienes toda la razón.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Sonambulismo



Los días y las semanas pasaban y volaban frente a ti, gritaban tu nombre para intentar detenerte, susurrarte algo al oído, darte una sacudida, un par de cachetadas y hasta empaparte con un balde de gélida agua. A eso se le habría llamado favor, no insolencia (de ningún modo) Lamentablemente para tus desdichas y las mías, nada de eso ocurrió, pues tu sordera y ceguera quedaron presas dentro de la superflua sonrisa de tu rostro. Reflejadas en el esmalte de tus dientes, atrapadas por esas rejas de marfil, silenciadas por tu crimen guardado en el fondo del iceberg.

¿Por qué un artesano fuerza cambiar el destino de su vasija si el sentimiento ya está inserto en la masa? ¡Cuánto mal hay al intentar deformar una escultura! Más terrible es ver como el espectador da cuenta de la falsedad que artista tiene con su obra. Su creación no vislumbra ni un vaho de su ser ¿Aún crees que nos engañas?

Y mientras transcurre el debate yo me contento con columpiar esta levedad sumida en mis ojos sin fondo ni luz, un interminable túnel de carbón.

viernes, 3 de septiembre de 2010

El otro día salí a dar un par de vueltas bien lejos de mi casa, por allá por Providencia me fui a batir los pies. Y sin querer queriendo (como es de costumbre) tropecé con el diario de vida de un simtático chico que hace un par de años estuvo estudiando teatro en Europa. Me sentí tan afortunada, qué amable es el destino, si él sabe cuanto me complace leer a otros y me pone tal librillo en medio del camino ¿Y qué querían que le hiciera? ¿Qué lo dejara ahí tirado? ¡Si se estaba ofreciendo a ser leído! No lo iba a dejar abandonado...

jueves, 20 de mayo de 2010

Ya pooo Cataliiiiinaaaaa! hasta cuando mujer! denuevo con la misma gracia! si está todo ahí, ahí! súper cerca! AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!


Lo triste fue ver como el temporal llegaba, las hojas de otoño anuncian el cambio de estación y unas ya empezaron a trabajar tempranito...

Si hubiese sabido que el comendador andaba cerca... Miente! sí miento, porque estaba enterada.

Y esta esclava rebelación que sabe tanto y de cada tema me pone los pelos de punta. No era que las esclavas era tontorronas, sin educación, dóciles hasta el punto de no hablar, no estaban para nada instruídas ??


Quién dijo que oveja que ríe no argumenta?? Quién dijo, que chico que es líder y lindo intimida tanto que es imposible que alguien se le acerque??

Parece que yo...

No sé que día fue, si hubiese sabido me habría puesto en campaña de inmediato, pero fue hace un par de días en que me asomé por la ventana y ví que el coronel ya había elegido a una de las esclavas, de haber sabido que el coronel rondaba muy cerca del quilombo, habría derramado vino sobre su pantalón...

domingo, 25 de abril de 2010

Visitando a los Textos


Confieso que me da vergüenza leer lo que hace algún tiempo escribí, sea hace unos años, el pasado o el mes anterior a este, me da vergüenza igual. Esto implica reencontrarme con mis inquetudes, alegrías, mi mala puntuación, metáforas a las cuales quizás ya ni recuerdo a que me refería, etc. Cada vez que reviso pareciera ser que he madurado un poco o simplemente tengo esa ilusoria sensación, porque veo los hechos de una manera más externa, con el conocimiento de las causa/consecuencia de ese momento en particular.
Haciendo un compendio de las cosas que más me sorprendieron, selecciono 3, primero algo ya mencionado, mi mala puntuación, recién ahora creo estar mejorando significativamente. Tan básico es que ni me había dado cuenta. Segundo, mi temor por dar a conocer lo que me ocurre, bien contradictorio, en el fondo quiero ser escuchada, pero no quiero que sepan en específico qué pasa. La solución a eso es mi cadena de figuras retóricas rebuscadas, algunas bien bonitas, sin embargo ni siquiera yo al leerlas, un tiempo después de haberlas publicado, sé a qué se refieren; ya no tengo ganas de hacer eso. Sí de usar alegorías que estén entrelazadas al tema, que salgan con la naturalidad de un respiro y no que éstas sean forzadas como lo hace el pobre que exprime una naranja inmadura, esperando que de ella salga tierno jugo.
Tercero, chao de por vida a mi tema recurrente, lo que me motivó a tomar ese estilo un poco rococó para escribir, afortunadamente ya dejó de ser el "tú" de mis monólogos.

sábado, 10 de abril de 2010

No sé en qué lugar la perdí...



Eso es lo que pasa cuando se retiene con dicha fuerza el mar que tus ojos esconden con recelo.
Lo primero que he aprendido es que no debo esforzarme mucho para sacarme una nota arriba de 6.0; el desafío de siempre (de toda la vida) es lograr entenderse con la gente... y vaya que cuesta, porque tal dice el dicho "de todo hay en la viña del señor", tanta gente que no es capaz de ocuparse de sus trancas emocionales, trato de ser lo más empática posible, de ponerme en el lugar del otro para poder hayarle alguna justificación a su actuar y eso a la larga desgasta, sobre todo porque el resto no tiene esa consideración contigo. Lo que sí me cuesta derrepente mostrar esa empatía, si tuviese que escojer algún estado de la materia creo que sería el solido...no soy capaz de ajustarme a ninguna forma más que la establecida; como agua soy pésima. Hay personas que son aire, volátiles, flexibles en su modo, en su humor, en sus diálogos y mira tú como las envidio.
Por un momento pensé que tenía el síndrome de Jorge Marrique, pensar q todo tiempo pasado fue mejor, pero lo que en realidad me ocurre es que me acabo de dar cuenta, que si algo está mal, hay que recordar que las cosas pueden ser peor y no mostrarse soberbia ante la tómbola del destino. No tomé en cuenta la opción "empeorar".
Pude haber sido agua, sin embargo de aquí a unos meses a tras, extravié algo muuuy importante, ese algo q te permite conectarte con el resto, que te permite tener la "empatía" y mostrar una cara coherente con el pensamiento, que nos permite hablar con un tono sincero y entrega una mirada enternecedora... la sensibilidad.
Sin ella es como si mis palabras se escucharan sin sentimiento alguno, sin honestidad en mi pensar, osea paresco una mentirosa cualquiera. Nada me conmueve, de no ser algo que me recuerde mi situación.
Tengo ganas de hablar, hablar horas, pero no puedo hacerlo, no me siento agradada en confiar (aunque sí, me gustaría mucho poder hacer) hubo un tiempo que podía decir la mayor parte de mis sentimientos que caminaban por mi mente y no sé si afirmar que eso fue un error o si corté por lo sano.
Parece que fue un sueño, cuando ayer por la noche estuvimos hablando, un poco te pude contar, ya que no me atrevo de mostrarte lo débil y frágil que puedo llegar a ser, si lo hibiese hecho, habría largado a llorar y tampoco quería que me vieras así. Me equivoco nuevamente al querer mostrarme como irrompible, como la fuerte mujer que gustaría ser, pero todos tenemos nuestro límite.
Aún así fue bonito, ver tu rostro iluminado por la luna y las estrellas que nunca te has atrevido a regalarme. Y eso que no me gustas! eso sí es raro. Hablar, aunque sea un pichintún me hiso bien, también me dí cuenta de lo vulnerable que puedo llegar a ponerme. Hace tiempo que no me sentía de esta forma y necesito a alguien que llene ese vacío, pues no tengo la certeza de si voy a poder o no seguir en pie.
Y es que empiezo a sentirme muy sola.

domingo, 14 de marzo de 2010

Proyección de un Recuerdo

Luego de la sacudida miro por la ventana y me doy cuenta de lo desordenado que está el hogar, todos los recuerdos, los archivos las fotos y postales esparcidas por el suelo. Me gustaría ordenarme, pero ya olvidé el lugar que tenían designado aquí dentro; miro algunas de las fotos de hace unos años atrás y vuelvo a sentirme en esas escenas, las estoy viendo, casi respiro ese aire, pero ya no tengo esa edad, no puedo volver.

El frío comienza a helar las mejillas de los citadinos, las nubes se juntan y están apunto de comenzar a mojar el largo vestido blanco de ella.

No puede creer que ese día haya llegado, hay tanto que hablar. Se sienta junto a él y hace alusión al tiempo transcurrido; él sonríe escéptico ante la natural coincidencia y nada más.

Las manesillas del reloj no me alcanzan, trato de disimular mis ganas de reír, mientras la hemoglobina sube hasta mis pómulos.
Ella insiste en saber de él, que cómo estás, qué has hecho y qué harás ahora...las respuestas no bastan, las respuestas nunca sobrán.
Mira el árbol de al frente también quiere decirte algo, es que acaso ¿no te ha ido bien ?, pero él prefiere buscar gracia en su rostro, si incluso su vestido blanquito le parece divertidamente inocente, sacado de algún cuento de hadas y puesto en su frágil cuerpo desde la infancia hasta el día de hoy.

Hace frío, el viento sopla fuerte, lloverá dentro de poco...¿quieres acompañarme a tomar un café?
No tengo q hacer nada ahora, es un SÍ y deja de mirarme con esa cara de risa.

-Sólo me río de lo que tus ojos piden a gritos y te empeñas en
esconder.























Mmmmmhh.... guardaré esta foto en un lugar donde sepa que no la volveré a sacar, por lo menos hasta que llegué ese día.