domingo, 14 de marzo de 2010

Proyección de un Recuerdo

Luego de la sacudida miro por la ventana y me doy cuenta de lo desordenado que está el hogar, todos los recuerdos, los archivos las fotos y postales esparcidas por el suelo. Me gustaría ordenarme, pero ya olvidé el lugar que tenían designado aquí dentro; miro algunas de las fotos de hace unos años atrás y vuelvo a sentirme en esas escenas, las estoy viendo, casi respiro ese aire, pero ya no tengo esa edad, no puedo volver.

El frío comienza a helar las mejillas de los citadinos, las nubes se juntan y están apunto de comenzar a mojar el largo vestido blanco de ella.

No puede creer que ese día haya llegado, hay tanto que hablar. Se sienta junto a él y hace alusión al tiempo transcurrido; él sonríe escéptico ante la natural coincidencia y nada más.

Las manesillas del reloj no me alcanzan, trato de disimular mis ganas de reír, mientras la hemoglobina sube hasta mis pómulos.
Ella insiste en saber de él, que cómo estás, qué has hecho y qué harás ahora...las respuestas no bastan, las respuestas nunca sobrán.
Mira el árbol de al frente también quiere decirte algo, es que acaso ¿no te ha ido bien ?, pero él prefiere buscar gracia en su rostro, si incluso su vestido blanquito le parece divertidamente inocente, sacado de algún cuento de hadas y puesto en su frágil cuerpo desde la infancia hasta el día de hoy.

Hace frío, el viento sopla fuerte, lloverá dentro de poco...¿quieres acompañarme a tomar un café?
No tengo q hacer nada ahora, es un SÍ y deja de mirarme con esa cara de risa.

-Sólo me río de lo que tus ojos piden a gritos y te empeñas en
esconder.























Mmmmmhh.... guardaré esta foto en un lugar donde sepa que no la volveré a sacar, por lo menos hasta que llegué ese día.

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