domingo, 19 de julio de 2009

Premonición nocturna



Noto un brillo de malicia que arde en el fuego azabache de sus ojos; la fugaz sensación de incertidumbre carcome mis barreras,enfría y recorre mi cuerpo como peregrino hereje.Y caigo en la justificación, apoyandome de los nervios inofensivos que catalizan el cierre de un cuadro pintado con la ambigüedad de un ocaso malintencionado, aún así el estigma pasa desapersivido, se mimetiza en una aparente suavidad que atrae, envuelve y cobija.


Algo no encaja y todo calza, debe ser la vesania de alguno de los cuervos que rondan por la casa;por lo que no pongo más resistencia y dejo pasar al cordial visitante... me encantan las rosas, pero todavía no vislumbro mi error letal.Las puertas se cierran y el temor escéptico se hace presente en una realidad adversa a la que no esperaba encontrarme, a la que no esperaba que existiera y ahora, es el momento en que las voces desgarran toda calidez construida con anterioridad, en un cosmos que es corrompido y se vuelve más turbio cada vez, el ocaso ha concluído su pintura y está listo para llevarme con él.

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